22 de mayo de 2013
Mi hijo, ingresó con 9 meses a Sala Cuna Menor y como en todo lugar, la historia contada era la mejor: buena atención, comida por nutricionista, cuidados personalizados, por la módica suma de 235.000 pesos chilenos mensuales.
El asunto es que a la semana, mi bebé no quería comer, n o se tomaba su leche y era un suplicio alimentarle. Mágicamente, en su libreta salía que en el jardín se comía todo y se tomaba la leche. Preguntamos que si ésto era tan así y la Dra. Sra. Gabriela, dijo que sí, que los niños hacían maña con los papás, pero que mi bebé se portaba maravilloso y estaba bien. Al día siguiente, tuvimos que partir con él a urgencias porque estaba con ADENOVIRUS (por mal manejo de alimento o bien contagio directo con otro bebé enfermo). Dimos aviso al jardín y recién a la semana nos dijeron que antes hubo otro bebé con lo mismo.
Tras ello, debimos mandarle de nuevo al sala cuna y duró exactamente 3 días. Estaba con tos y a diario preguntaba a la técnico si es que en el jardín estaba tosiendo: nos dijeron que NO, que a lo mejor era alergia por los peluches en casa. A la noche de eso, nuevamente terminamos en urgencias porque mi bebé estaba con su garganta inflamada a más no poder y se ahogaba. Nuevamente un virus de jardín infantil, que lo debe haber tenido toda la semana comiendo mal en el jardín y allá ni se dieron cuenta o lo ocultan.
Otra cosa que nos pasó es que NO LE DABAN AGUA, mi hijo terminó poniendose muy amarillito por el exceso de zapallo y zanahoria y sin tomar agua.
Finalmente, quiero decirles a todos los papás, que no expongan a sus hijos a éstos malos tratos!
Victoria Valdivia
episoma@gmail.com
